Si te fijas en la matrícula del vehículo puedes pensar que se trata de un reportaje a la antigua de la veterana televisión británica. En la puerta de un céntrico hotel de lujo con la entrada congestionada, el minibus sobre la acera destacaba por su encanto y un cicerto misterio en la noche.
Luego me informé bien y cualquiera puede alquilarlo para una ronda nocturna, con chófer e incluso acompañantes dinámicos que aporten a la madrugada una pizca de picante o sensación exitosa.
No era momento de husmear más y me quedé con el impacto visual que aquí pretendo reproducir en breve. ¡ Vaya nochechita !
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