sábado, 15 de febrero de 2014

EL REY DEL ASFALTO

Como manda el protocolo real, la máxima autoridad sólo transita el espacio pùblico en contadas ocasiones. Así lo ha hecho esta mañana su majestad motorizada, un modelo clásico inglés del siglo XX con doble R en su denominación y matrícula con enchufe. Seguramente muy cerca había un palacio, castillo o convento donde una feliz pareja comenzaba su aventura nupcial.


Curiosamente no ha aparecido el policía de barrio, el nacional o algún militar de guardia en la zona; y es que cuando el rango y los galones son de gran nivel nadie osa importunar al que podría catalogar de por vida como "el rey del asfalto". Vaya por delante la enhorabuena al diseñador, al fabricante, a los novios y a la guardia nacional ausente de este rincón de la ciudad donde jamás me atrevería a aparcar, más de una hora y pico, en medio de la calle.

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