Como manda el protocolo real, la máxima autoridad sólo transita el espacio pùblico en contadas ocasiones. Así lo ha hecho esta mañana su majestad motorizada, un modelo clásico inglés del siglo XX con doble R en su denominación y matrícula con enchufe. Seguramente muy cerca había un palacio, castillo o convento donde una feliz pareja comenzaba su aventura nupcial.
Curiosamente no ha aparecido el policía de barrio, el nacional o algún militar de guardia en la zona; y es que cuando el rango y los galones son de gran nivel nadie osa importunar al que podría catalogar de por vida como "el rey del asfalto". Vaya por delante la enhorabuena al diseñador, al fabricante, a los novios y a la guardia nacional ausente de este rincón de la ciudad donde jamás me atrevería a aparcar, más de una hora y pico, en medio de la calle.
sábado, 15 de febrero de 2014
miércoles, 5 de febrero de 2014
UN SOLAR CON POCA HISTORIA
Es pleno centro histórico, con una valla metálica para intimidar a vándalos y curiosos no deseados como toda protección. Por su ubicación en zona noble, podría parecer un solar con historia, si bien los edificios colindantes no desvelan motivo para tal justificación. Eso sí, las hendiduras marcadas en el terreno desconocido, con maleza de variado porte surgiendo a cada segundo desde el más allá de la antigua vivienda, prefiguran un lugar donde siglos atrás alguien con un cierto nivel consumió la vida hasta que su recuerdo se perdió en el subsuelo.
Poco pueden aportar las inscripciones o los dibujos modernos pero ausentes de educación y decoro, tal vez realizados con nocturnidad o acaso con la valentía que permite la desidia de quien debería proteger este territorio privado para mantenerlo vedado al instrusismo incívico. Lamento haberme hecho ilusiones de hallar algo más que fragmentos de un local sin motivo ni abolengo; tal vez ni siquiera fue oportuno captar la imagen, pero en su momento llamó mi atención, que no es poco.
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