Fue un instante de confianza. Una mirada fija, apenas unos
segundos de entrega al posado ocular que la cámara solicitaba del ojo anónimo y
su entorno. Resta como vigilante de todo el blog, tal vez como reclamando
atención desde la retina fija y sus complementos, quizá indiferente al
espectador pero dispuesta a lo eterno que asegura una atención visual perpetua.
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