Un avezado fotógrafo aficionado me ha enviado este regalo y realmente siento que...¡llamarmiatenciónespoco!
En esta ocación se trata de reflexionar sobra la vida y desventuras de un viejo televisor de tubo, como los de siempre. Tal vez no ha sido capaz de mantener por más tiempo su estilo, modelo y vigencia; seguramente ya no conectaba con el público familiar o global que le dio vida por tiempo sin control. Lo que ya no está tan claro es que haya aparecido esta mañana junto a los contenedores municipales a la puerta de un colegio público.
fotografía de Vicente Almenar |